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DRUIDAS, LOS HOMBRES DE LA ENCINA

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Sacerdotes, jueces, poetas, adivinos y;por encima de todo, sabios.Ellos eran el ahna del mundo celta.

Plinio aseguraba que el término «druida» derivaba del griego 'durs', encina, árbol en el que los sacerdotes celtas creían que se depositaban todos los beneficios enviados por las divinidades que moraban en la bóveda celeste. La información que aporta Julio César en sus Comentarios' sobre la guerra de las Galiaspermite relacionar su etimología con la palabra céltica 'dru-uid-es': «los muy sabios». Pero, con independencia del significado de su nombre, es innegable que el papel de los druidas entre las comunidades prerromanas - explicado también por Lucano, Diodoro Sículo, Estrabón y Pomponio Mela fue detenninante para la cohesión social de las tribus celtas.

El ascendiente social de los druidas les proporcionaba un gran número de privilegios. César indica que no tomaban parte en las guerras ni realizaban servicio de armas, y que estaban exonerados del pago tanto de impuestos como de cualquier tipo de cargas. Estos privilegios atraían a muchos jóvenes de la nobleza de las tribus galas que acudían voluntariamente a recibir las enseñanzas que les permitían alcanzar dicho rango, o que eran enviados a los druidas por sus familiares con tal propósito.

Los conocimientos de los druidas procedían del estudio de la naturaleza. Su sabiduría se transmitía oralmente, y el aprendizaje de los novicios duraba veinte años, período en el que se formaban tanto en el dominio de los contenidos como en los secretos de los rituales.

El concepto básico de la religión druídica era la transmigración de las almas. El alma, una vez producido el óbito, no moría, sino que pasaba a otro cuerpo, estimulando dicha idea a los guerreros, que perdían con ello el miedo a morir en combate. A diferencia de los ciclos de muerte y resurrección propios de las comunidades de raiz agraria, la transmigración suponía la negación de lamuerte del espíritu y la perduración de la vida bajo otra apariencia física.

El papel de los druidas en la sociedad celta era determinante. Encabezaban los sacrificios, las prácticas religiosas y las fiestas anuales; actuaban como consejeros de los jefes tribales, ante quienes mantenían el derecho a hablar, influyendo decisivamente en su elección o revocación; y ejercían funciones judiciales, legislativas y de mediación en los pleitos entre tribus y familias.

Las reuniones anuales en el bosque de los carnutes  - considerado el centro ideológico de la Galia y cuyo incierto emplazamiento ha sido ubicado cerca de Neuvyen-Sullias o incluso bajo la catedral de Chartres - reafirmaban la importancia de los druidas. De hecho, no existíaun único bosque sagrado, ya que los árboles simbolizaban al mismo tiempo el ritual de regeneración de la vida -por sus hojas  - y la conexión entre el mundo terrenal e infemal  - a través de sus raices-. Por esta razón algunas tribus celtas se identificaban con una especie arbórea concreta, como los eburones, asociados al tejo, mientras que en Britania se consideraba el avellano como el árbol de la sabiduría de los druidas.

El prestigio de los dmidas entre las tribus de la Galia y Britania fue combatido por los romanos como fórmula para imponer su dominio.

ROMA CONTRA LOS DRUIDAS

Augusto vetó a los ciudadanos romanos tomar parte en los rituales druídicos, Tiberio se opuso a los mismos y, por último, Claudio -según explica Suetonio-los prohibió debido a su crueldad, un siglo después de finalizar la conquista de la Galia. Cuando las medidas legales eran insuficientes, se recurría al exterminio de los druidas y sus seguidores, y a la erradicación de los lugares de culto, práctica ejemplificada en la destrucción por Suetonio Paulino de los bosques de la isla de Mona (Anglesey) el año 60 d.C., tras pasar a cuchillo a todos sus habitantes.

Y es que tras la supresión del sistema político de las tribus galas en el siglo I a.C., la religión era el único vínculo de cohesión que restaba a los pueblos celtas; de ahí el interés de los romanos por acabar con ella.

Aunque depositarios de la tradición y los conocimientos científicos de su pueblo, los dmidas fueron estigmatizados por los escritores latinos a causa de la práctica de sacrificios humanos, olvidando que la propia Roma había recurrido a ellos en situaciones extremas, como sucedió durante la irresistible campaña de Aníbal en la península Itálica a principios de la segunda guerra púnica, en el siglo III a.C.

Lucano, Diodoro Sículo, Estrabón y Tácito relacionan los sacrificios humanos con la adivinación. Los druidas degollaban a sus víctimas - normalmente criminales condenaban dos que podían aguardar hasta cinco años el momento de su ejecución ritual  - y estudiaban las convulsiones de su agonía, analizando incluso su sangre recogida en calderos.

No existía un único ritual conclusivo. En honor de Taranis se quemaba, los sacrificados a Teutates eran ahogados y los inmolados en honor de Eso eran colgados de los árboles para ser posteriormente apuñalados. Lucano - en relación a un bosque cercano a Massalia (Marsella)  - y Tácito - al describir los ritos de la isla de Mona - indican que los árboles y los altares estaban permanentemente cubiertos de sangre. Los sacrificios deben entenderse desde la perspectiva de sustitución de las víctimas.

En la inminencia de un combate o ante una grave amenaza para la supervivencia de una tribu o un clan, se cambiaba a los dioses una vida por otra para aplacarles.No se trata de una leyenda negra forjada por los romanos y destinada a reafirmar las costumbres bárbaras de los habitantes de los territorios conquistados: en Alemania, Francia y Gran Bretaña se han documentado áreas de sacrificio ritual.

FERTILIDAD Y RESURRECCIÓN

Como en todas las sociedades agrarias, los ciclos de vida, muerte y resurrección se enlazaban en la ritualidad druídica. Plinio explica la propiciación de la fertilidad durante un ritual que tenía lugar en el sexto día del ciclo lunar. Provistos de una hoz de oro o dorada, los druidas cortaban una rama de muérdago que acto seguido guardaban en un paño blanco. Ingerido tras ser machacado y diluido en agua, el brebaje elaborado con esta planta aseguraba la fertilidad de quien lo tomaba, puesto que al crecer también durante el invierno, se atribuían al muérdago propiedades de regeneración constante. La fiesta finalizaba con el sacrificio de dos toros blancos.

Aunque Tácito explica que en Germania algunos sacerdotes practicaban el culto vestidos de mujer, y tanto Pomponio Mela como Estrabón citan la existencia junto al mar Británico de una comunidad de druidesas formada por sacerdotisas vírgenes expertas en rituales adivinatorios, curaciones mágicas y transformación de personas en animales, el sacerdocio entre los celtas se reservaba a los hombres.

En la Galia se citan diversas clases de druidas en un clero jerarquizado. Bardos y videntes  - presentes también en las fuentes referidas a Irlanda - desarrollaban tareas relacionadas con la poesía y la literatura los primeros, y con la medicina y la magia los segundos, especializándose en la interpretación del pasadoy la predicción del futuro mediante la interpretación de los sueños y el vuelo de las aves. Entre las comunidades galas romanizadas, diversas inscripciones citan a los invocadores ('gutari') entre el clero de la tribu de los arduos, los guardianes y responsables de los templos ('aeditus' y 'curatores')y los sacerdotes.

Pero el imparable avance de la romanización y la posterior expansión del cristianismo acabaron por disolver la religión celta; con ella desaparecieron para siempre los druidas, custodios de sus misterios.

Texto de Francesc Gracia en "Historia National Geographic", Barcelona, España, n.21, noviembre 2005, pp. 21-24. Adaptación y ilustración para publicación en ese sitio por Leopoldo Costa.


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